Desde que somos pequeños nos volvemos unos adictos a cualquier clase de juego: de mesa, como el Monopoly o el Trivial, videojuegos, otros como el pinball… Aunque pueda parecer impensable que se juegue en una empresa, los juegos también van a reportar unos beneficios, tanto para los trabajadores como para nuestros clientes.
Los juegos, además de un gran medio de entretenimiento, nos ayudan en muchas ocasiones a socializar con otras personas, a mostrarnos más activos, a formarnos… Sin embargo, todos sabemos que solo podremos disfrutar de estas diversiones una vez salgamos del trabajo.
En los últimos años, muchas empresas, conscientes de la necesidad de una mayor implicación en el trabajo por parte de sus trabajadores, han decidido introducir los juegos como una dinámica de trabajo dentro de su equipo. También es una buena forma para reforzar el trabajo en equipo.
Aunque a simple vista mucha gente piense que esto solo va a servir para distraer a los asalariados y alejarlos de la rutina que deben seguir, en realidad los juegos en las empresas tienen múltiples beneficios. Muchas compañías deciden recurrir últimamente a ellos para conseguir de sus trabajadores una mayor participación, proactividad y motivación.
Todo esto es lo que se conoce como gamificación -o ludificación-. Un caso de empresa que consiguió una gran rentabilidad -incluso para los trabajadores- aplicando la gamificación fue Correos. Esta compañía quería renovar su página web, pero el presupuesto que le daban para ello era muy elevado y dicha actualización podría llegar a durar hasta cuatro meses. Sin embargo, recurrieron a una empresa, Wonnova, y tuvieron la idea de involucrar a los trabajadores. Estos, a cambio de revisar todas las páginas de Correos y proponer mejoras, recibirían una serie de premios. Estas recompensas solo irían dirigidas a aquellos que consiguieran más puntos. Gracias a esta competición, Correos logró su objetivo en tan solo 13 días, ahorrándose un 70% de costes. Con esta iniciativa, no solo se benefició la empresa, sino también los trabajadores, llegando a participar hasta 1700 personas.
La gamificación podría realizarse a través de múltiples métodos:
- Sistema de puntos. Quienes logren más puntos conseguirán una serie de beneficios y premios.
- Sistema de logros y recompensas. Los trabajadores deben superar una serie de misiones que propondrá la empresa.
- Sistema de progresión. Similar al anterior, pero los trabajadores deberán completar un número determinado de tareas o funciones para poder superar el juego.
Los principales objetivos que se tratan de conseguir a la hora de proponer juegos dentro de una compañía son:
- Optimizar tareas. A través de una especie de competición, se pueden hacer las tareas en un menor tiempo y de una forma más eficiente.
- Ahorro de costes, como fue el caso de Correos.
- Involucrar a los trabajadores en la empresa, logrando un mayor compromiso por parte de estos.
- Hacer interesantes y apetecibles las labores de la compañía, evitando la monotonía y el aburrimiento, y hacer más amenas las horas de trabajo.
- Proponer ideas y mejoras. Cuando los trabajadores encuentran un fin y una recompensa, pueden ser más partidarios a proponer soluciones que ayuden a prosperar a la compañía.
La gamificación no solo ha llegado al corazón mismo de las empresas, sino que también se ha introducido como una forma de promoción y publicidad de los productos de estas para atraer a un mayor número de clientes.
En redes sociales son muy comunes los sorteos y las encuestas para solicitar la opinión de los usuarios. A cambio de su participación, pueden llegar a recibir un premio. La motivación que supone lograr una recompensa facilita que los clientes se animen a darnos sus apreciaciones sobre nuestros productos.
En España son pocas las marcas que han apostado por campañas originales de gamificación. Algunas a destacar podrían ser Vodafone, que, para el lanzamiento de Vodafone Wallet, propuso a la gente ir completamente pintada a sus tiendas. Los 500 primeros en llegar de esta manera a 10 tiendas distintas situadas en España recibirían un Samsung Galaxy S4. Otro caso fue McDonalds, que durante unos meses, para poder disfrutar de una serie de promociones, debían hacer una serie de movimientos o gestos al realizar el pedido. Así, involucrando y divirtiendo a los clientes -siempre que tengan una motivación, como un premio o un descuento-, vamos a conseguir una mayor fidelización por parte de estos, e incluso aumentar nuestros beneficios y mejorar nuestros resultados.