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¿Líder o jefe? Mejora los resultados gestionando correctamente tu equipo de trabajo

No es fácil dirigir una empresa o grupo de trabajo. Se pueden conseguir muy buenos resultados gestionando de forma adecuada tu equipo profesional. ¿Dónde está la clave?

Liderazgo en la empresa
La clásica figura de jefe está quedando relegada a un segundo plano. Por otro lado, la imagen del líder como gestor de un equipo está sustituyendo la imagen del jefe omnipotente.

Vivimos en un mundo de constantes cambios a nivel tecnológico, social, político o económico, e incluso empresarial. Hoy en día la forma de dirigir una empresa está evolucionando hacia nuevas vertientes que ofrecen mayor productividad por parte de todos los integrantes del negocio.

La clásica figura de jefe está quedando relegada a un segundo plano. Por otro lado, la imagen del líder como gestor de un equipo está sustituyendo la imagen del jefe omnipotente. Pero, ¿qué es un líder? ¿Cómo cambia la actitud de los trabajadores ante un liderazgo?

Un líder es la persona que consigue movilizar al resto de empleados sin imponer su autoridad, es decir, los componentes del grupo le siguen por motivación propia y no por imposición. Esta figura está sustituyendo en las empresas a la figura del clásico jefe cuyo perfil denota todo lo contrario.

La principal diferencia se encuentra en la distancia mantenida por ambas figuras. La solución está en acercar al jefe y el subordinado, favoreciendo de este modo la integración del responsable al grupo de trabajo gracias a la aproximación producida entre ellos.

Liderazgo en la empresa

El líder no nace, se hace

Para poder llegar a ser un buen líder, la humildad es un aspecto fundamental. Cuando se trabaja con un equipo, el lema de «todos somos uno» es lo que hace que sus trabajadores vean a su líder como a uno de ellos, tanto en implicación como en capacidad para plantear soluciones. Por eso mismo, los logros obtenidos en la empresa serán de todos y no de una sola persona. No estamos hablando de implantar un sistema cooperativista -pues las diferencias en cuanto a remuneración existirán en función del riesgo asumido por cada parte y las condiciones laborales pactadas-, sino de alcanzar logros como grupo. Aun así, el trabajador ha de percibir que, si los objetivos se van cumpliendo, él también se verá recompensado con ascensos, primas o mejoras en sus condiciones.

En resumen, el responsable de la empresa deberá asumir una serie de rasgos imprescindibles para poder ser considerado «líder».

  • Apoya y ayuda a desarrollar cada aspecto de la vida profesional de sus trabajadores. Con esto se consigue que los propios trabajadores tengan mayor confianza en la figura del líder y, por extensión, en el proyecto que representa, traduciéndose en una mayor implicación de estos.
  • Ser uno más del equipo y conocer cómo está evolucionando la empresa desde la perspectiva de los trabajadores será una ayuda para fijar y aumentar el liderazgo.
  • Empatía. La capacidad de escuchar a los demás permite mejorar las relaciones entre todos los miembros. De esta manera se sentirán parte fundamental de la empresa, motivados e imprescindibles. Aprender a escuchar es clave para resolver los conflictos internos que puedan generarse en la dinámica laboral.
  • Conocer al equipo y tener una comunicación sana establecerá lazos naturales que proporcionan beneficios a cada una de las partes. Además, estos ayudarán a sacar el máximo rendimiento a las capacidades de cada integrante del grupo, haciendo que estos se sientan valorados e integrados.
  • Para ser un buen líder se debe tener una mente abierta a todos los cambios que puedan ir surgiendo porque solo así se tendrá una visión global de la empresa y de sus trabajadores. Si sólo nos centramos en las cifras, nos olvidamos de la parte humana que hay detrás de cada logro.

¿De verdad crees que una empresa puede ofrecer un buen servicio de calidad? Hay que tener en cuenta que cuando los empleados no están contentos con su trabajo, ese sentimiento acaba siendo percibido por el cliente y, por lo tanto, afectando a la consecución de los objetivos marcados.

El responsable de la empresa deberá aproximarse al equipo de trabajadores de su compañía y participar en y con él. Solo de esta forma los trabajadores se sentirán integrados en ella y en la misma posición que el líder, haciendo de los logros de la empresa sus éxitos propios.

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