Como empresa, nuestro objetivo será captar nuevos clientes que se decidan a comprar nuestros productos o contratar nuestros servicios. Conseguir nuevos consumidores de nuestros artículos puede llegar a ser más difícil de lo que en un principio parece. Deberemos tener claro a quién nos queremos dirigir y llevar a cabo una serie de pasos para lograrlo de la mejor manera posible.
Cuando creamos una empresa, nuestro principal objetivo es conseguir un beneficio económico. Para ello nos interesará que el mayor número de personas posible conozcan nuestros servicios. De esta manera, podremos conseguir más clientes que adquieran nuestros productos y, con ello, aumentar los beneficios de nuestra empresa.
Sin embargo, la captación de clientes -especialmente los primeros- es probablemente una de las tareas más complicadas a la hora de crear y expandir una empresa. Además, una vez conseguidos, hay que seguir trabajando duro para conseguir una fidelización por parte de los mismos y para que sigan confiando en nuestra compañía para futuras adquisiciones.
En el momento de alcanzar a nuevos clientes -para terminar cerrando ventas-, deberemos seguir unos pasos que nos hagan esta tarea más sencilla. Flyers, publicidad, redes sociales… pueden ser algunos de los métodos más eficaces para dar a conocer tanto nuestra empresa como nuestros productos y servicios, todo dependerá de nuestro público objetivo -al que habremos analizado profundamente- y de las características de los productos o servicios que ofertamos. Pero, una vez que hemos alcanzado a un determinado número de personas, deberemos seguir poniendo todo nuestro esfuerzo en el asador para poder cerrar ventas por parte de estos potenciales clientes.
En primer lugar, deberemos concertar una entrevista con estos posibles clientes. Pero, ¿qué hacemos para conseguir dicha entrevista?
- Para que funcione lo mejor posible, lo primero que deberíamos hacer sería investigar sobre el negocio de nuestro potencial cliente: a qué se dedica, de qué va su negocio, cuándo va a ser mejor contactar con él… De esta manera podremos personalizar sus peticiones y ofrecerle lo que creamos que mejor se va a ajustar a sus necesidades. Cualquier dato va a resultarnos fundamental.
- Recomendaciones. En función de los resultados y datos que obtengamos de esa investigación previa, podremos recomendar unas ofertas u otras.
- Llamada. Llamaremos a ese posible cliente. Nos presentaremos y explicaremos la justificación de nuestra llamada. Propondremos varias alternativas para concertar una cita y, si acepta, acordaremos hora y lugar. Finalmente, nos despediremos cordialmente.
Una vez concertada la cita, prepararemos todo el material necesario e imprescindible para la entrevista. Buscaremos información útil y datos que nos puedan resultar de ayuda para conseguir cerrar un trato con el cliente. Para ello, internet será una fuente de gran utilidad de la que podremos echar mano para conseguir tanta información como precisemos. Además, podemos preguntar a otros contactos que tengamos en común para que nos resuelvan dudas o nos ayuden aun más en ese intento por captar clientes.
Llega el momento vital: la entrevista. Ante todo, debemos estar seguros de lo que estamos haciendo y ofreciendo. Si no lo estamos nosotros, ¿cómo pensamos que el cliente va a estar seguro de cerrar ese trato? Será en este momento cuando confirmaremos toda la información acumulada previamente.
Asimismo, será fundamental escuchar con atención a nuestro posible cliente: qué necesita, cuáles son sus problemas, sus necesidades… Así, y a través también de sus reacciones, podremos conocerle con mayor profundidad. De esta forma, y tratándole con cordialidad y respeto, deberemos proponerle posibles soluciones que resuelvan sus problemas -pues, al fin y al cabo, este es otro de nuestros principales objetivos.
Si de verdad hemos seguido estos pasos y hemos personalizado nuestras ofertas a sus peticiones, podremos conseguir un nuevo cliente dentro de nuestra empresa. Una vez alcanzada nuestra meta, no podremos relajarnos, sino que deberemos seguir trabajando duro para captar más compradores, a la vez que tenemos que tratar de fidelizar a los antiguos y que vuelvan a confiar en nosotros en el futuro.
El mundo digital ha reconvertido el arte de las ventas. La forma tradicional de ofrecer un producto o servicio, cada día está más obsoleta. ¿Has pensado en la posibilidad de no tener Internet? Así es de inconcebible la idea de no vender por este medio.
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