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Cómo impulsar mi empresa

Por muy dramática que sea tu situación, si miras a tu alrededor verás que los atascos se siguen montando a la misma hora por la mañana y eso significa que existe actividad y la actividad es demanda de productos y servicios. Descubre cómo impulsar  tu empresa cambiando la forma de ver las cosas.

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El mundo no es el que era y cada vez los cambios son más acelerados, pero no lo veas como un problema sino como nuevas oportunidades para revertir la situación.

La crisis de los últimos cinco años ha hecho estragos entre grandes empresas y pymes. Si eres de los que han logrado llegar hasta aquí sin cerrar, enhorabuena, has pasado lo peor. Es hora de levantarse y reconstruir lo que el huracán ha dejado a su paso.

Por muy dramática que sea tu situación, si miras a tu alrededor verás que los atascos se siguen montando a la misma hora por la mañana y eso significa que existe actividad y la actividad es demanda de productos y servicios.

Llegados a este punto, ¿cómo puedo llegar a las empresas demandantes? ¿Cómo puedo impulsar mi empresa? Lo cierto es que no existe una receta estándar para todos los sectores.

Sin embargo, hay ciertos puntos clave que todo emprendedor ha de tener en cuenta:

Renovarse o morir

El mundo no es el que era y cada vez los cambios son más acelerados, pero no lo veas como un problema sino como nuevas oportunidades para revertir la situación. Abre tu mente a las nuevas oportunidades de negocio, asesórate bien antes de entrar, evalúa las ventajas y sus inconvenientes. No te quedes esperando a que llegue la gran oportunidad. El éxito no pasa por lo que decimos, sino por lo que hacemos.

Analiza la verdadera demanda actual

Determina cuál es la verdadera necesitad del cliente hoy. Es fundamental para impulsar tu empresa, hoy en día, conocer en profundidad al cliente: qué es lo que realmente demanda, qué precio está dispuesto a pagar, la presentación del producto, la frecuencia de consumo…
Para ello es imprescindible realizar estudios de mercado con la finalidad de recopilar y analizar datos que permitan definir un objetivo.

Céntrate en lo que realmente sabes hacer mejor

El objetivo que te plantees tiene que ser muy claro y, por supuesto, alcanzable. Sé ambicioso, pero documéntate para no caer en la irrealidad.
Cuando hablamos de objetivo no nos referimos a una meta sino a las fases. Una liga de fútbol se gana partido a partido; eso son los objetivos.

Esfuérzate en ofrecer calidad

Un producto que no cuenta con el valor demandado por el consumidor produce un efecto negativo independientemente del coste de fabricación.
Tras dedicar tiempo y dinero en su desarrollo y fabricación, nos vemos obligados a forzar al mercado para poder colocar un producto cuya calidad es inferior a la demandada. Ese producto y la imagen de la marca que lo respalda tienen los días contados. El feedback con el cliente es fundamental para generar confianza. Acércate a él y escúchale; será tu mejor analista de calidad.

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