Tras un fin del semana, un puente o unas vacaciones resulta muy complicado volver a la rutina y ser productivo de nuevo. El tiempo se nos hace eterno y no estamos todo lo proactivos que querríamos estar. Es hora de recuperar todos los hábitos y aprovechar el tiempo al máximo. Vamos a descubrir consejos para poder hacer más cosas en menos tiempo a partir de ahora.
Tras el descanso es hora de volver al trabajo y a nuestras tareas del día a día. Es posible que todavía añoremos todos esos momentos de relax que hemos disfrutado, pero es hora de volver a conectar el chip y regresar a la rutina.
Los primeros días siempre resultan duros y es muy probable que no estemos siendo todo lo productivos que somos normalmente o no conseguimos dar el 100% de nosotros. Además, se nos juntan múltiples tareas y trabajos -muchos de los cuales no preveíamos- y tenemos que organizarnos y planificar todo el tiempo del que disponemos, haciéndonos casi imposible compaginar el trabajo con nuestra familia o nuestros hobbies.
Deberemos planificarnos mucho mejor y seguir una serie de pasos y consejos para conseguir aprovechar al máximo el tiempo y, aparte de ser más productivos en el trabajo, lograr tiempo para hacer todas aquellas tareas que queramos hacer a lo largo del día.
- Antes de nada, deberías ver el tiempo que desperdicias en tareas como revisar el correo, consultar el móvil en busca de notificaciones nuevas, ver la televisión… Puede que una acción como revisar el correo parezca que se realiza en un tiempo corto, pero ¿y si sumamos todo el tiempo que dedicas durante todo el día a comprobar si tienes mensajes nuevos? Puede que parezca poco tiempo, pero si sumamos, puede que, incluso, gastemos una hora o más realizando esta única acción.
- Después de analizar el tiempo que gastamos en tareas como las antes mencionadas, tendríamos que marcarnos un objetivo: reducir el tiempo de tareas como la de revisar el correo -pues seguramente lo puedes hacer en mucho menos tiempo del que dedicas actualmente- o eliminar aquellas cosas y acciones que no valen la pena que gastemos tanto tiempo. Por ejemplo, ¿merece la pena que estemos cada 20 segundos consultando el móvil esperando nuevos mensajes? Esos pocos segundos que dedicamos -que, sumados, pueden hacer una gran cantidad de tiempo- pueden ser aprovechados para realizar otras tareas mucho más importantes.
- A la hora de decidir qué tareas merecen más tiempo que otras, tendríamos que ponerlas en una hipotética balanza y ver cuáles son las que nos aportan mayores níveles de positividad y cuáles son aquellas en las que realmente estamos desperdiciando muchos minutos. Todo esto es subjetivo y dependerá de cada persona, pero habrá que analizar pormenorizadamente estas tareas para ver cuáles son las que merecen más la pena dedicarles nuestro tiempo.
- Al hacer esta comparación en la balanza, podrás priorizar y hacer una lista de las que merecen más tiempo y de cuáles no merecen ni un segundo más de nuestro tan preciado tiempo.
- Intenta no renunciar a cosas que te hagan sentir bien, aunque realmente no tengan grandes beneficios a largo plazo. Por ejemplo, si te encantan los videojuegos, intenta no suprimir este hobby de tu lista de tareas, pero sí deberías ver cuánto tiempo merece realmente que le dediques -ya sabes, en esa hipotética balanza lo deberías haber comprobado-.
- No malgastes nunca el tiempo. Si vas a hacer algo, pero lo vas a hacer sin ganas, directamente renuncia a ello y no lo hagas. Es mejor que dediques 15 minutos a una tarea estando concentrado que dedicarla dos horas sin apenas concentración y con desgana.
- No retrases tareas indefinidamente. Muchas veces no nos apetece hacer algo y lo que tendemos a hacer es a retrasar esa tarea cada cierto tiempo, de forma que o no la terminamos haciendo o la hacemos mal porque no tenemos ganas de hacerla. Lo mejor será, si es obligatoria y necesaria, hacerla cuanto antes para así aprovechar el tiempo posterior a aquellos asuntos de los que realmente queramos disfrutar.
- Cuando te pongas a hacer una tarea importante, limítate a ella. Es decir, evita interrupciones, todo tipo de distracciones, intenta delegar tareas en otras personas si es posible… Todo ello va dirigido a que realicemos las tareas en el menor tiempo y con la mayor eficacia posible.
- No hagas las cosas deprisa, tómate el tiempo que necesites. Cuando hacemos las tareas a prisas, los resultados tienden a ser peores.
- Busca siempre tiempo para ti. Con todo esto que hemos hablado no queremos decir que todo tu tiempo deba estar dedicado a tu trabajo y a tus obligaciones. Intenta encontrar espacios de tiempo entre tarea y tarea para hacer lo que realmente te llene y te haga sentir bien -como la familia, la televisión, los juegos o, por qué no, más trabajo-.
- Sobre todo, planíficate. Hazte un pequeño planning u horario que te permita saber qué tareas vas a realizar cada día, cuánto tiempo les vas a dedicar… De esta manera no dedicarás a cada asunto más del estrictamente necesario. Así, al planificarte, también podrás incluir ya el tiempo que vas a necesitar para realizar aquellas cosas que deseas. Eso sí, tendrás que cumplir lo reflejado en el horario.
- Para conseguir una planificación óptima, el día de antes revisa el horario del día siguiente para recordar lo que tienes que hacer, para realizar pequeñas modificaciones, pero, sobre todo, para interiorizar todas las tareas que tienes que realizar tras levantarte.
- Las alarmas siempre serán muy útiles para cumplir de manera eficaz con las horas prefijadas en el horario.
Con todos estos trucos y aquellos personales que tenga cada uno, podrás conseguir recuperar -e incluso aumentar- tu productividad en poco tiempo para recuperar el ritmo que tenías antes del parón. A partir de ahora no tendrás excusa para no exprimir las 24 horas del día al máximo. Y tú, ¿tienes algún otro consejo para ser más productivo en tu día a día?