Suele ser gente que transmite negatividad con sus historias de desdichas y rencores. Se lamentan de cómo les trata la vida y llenan sus vidas de odio, sarcasmo e incluso crueldad. Su baja autoestima, las envidias, los celos y sus estrategias de manipulación pueden cambiar el rumbo de tu vida sin que te des cuenta. Son las personas tóxicas.
Como seres sociales que somos, la relación con nuestro entorno condiciona nuestros sentimientos y la forma de actuar. Amigos, compañeros, clientes, jefes, familia… nuestro entorno no siempre lo elegimos nosotros, pero en los casos en que sí lo hacemos es bueno tener en cuenta ciertos aspectos de su comportamiento que influirán antes o después en tu propia vida.
La influencia que ejercen las demás personas en nosotros no sólo viene dada por sus acciones, sino también por lo que nos dicen. Palabras que nos dan el empujón necesario para emprender, las que nos hacen sentirnos seguros de nosotros mismos, las que nos tranquilizan cuando acecha la ansiedad pero también aquellas palabras que nos hieren cuando nos transmiten desconfianza, miedos y odios.
Somos mucho más influenciables de lo que podemos pensar y no se trata de un rasgo negativo, todo lo contrario. Eso significa que empatizamos con nuestro entorno, que queremos comprender a nuestro interlocutor y que nos mostramos dispuestos a aprender y enriquecernos con lo que los demás puedan aportarnos.
Pero no todas las relaciones aportan cosas positivas. Hay personas que, sin darnos cuenta, nos transmiten pesimismo, amargura y desasosiego, llegando a bajar nuestra autoestima e incluso al desánimo que puede hacernos abandonar nuestros proyectos. Son las conocidas como relaciones tóxicas.
¿Pero, entonces no debería intentar ayudar a quién lo pasa mal?
Intentar ayudar a los demás es un rasgo personal muy positivo del cual debemos sentirnos orgullosos. Sin embargo, hay quien, a pesar de nuestros esfuerzos por intentar poner solución a sus problemas, no muestran ningún interés en querer salir de la oscura rueda en la que viven.
Este tipo de personas suelen basar su relación con los demás en transmitir continuamente sus problemas, criticar a los demás, intentar influir negativamente en su entorno e incluso manipular el comportamiento ajeno para beneficio propio.
Rasgos para identificar a las personas tóxicas
- Los rasgos propios de este tipo de gente te permitirán localizarlas y observar su comportamiento para mostrarte precavido y formarte como persona.
- Las personas tóxicas critican constantemente a los demás basando frecuentemente sus conclusiones en sesgos cognitivos.
- Creen que son merecedores de todo por decreto divino.
- Se muestran insatisfechas con lo que tienen y deseosas de lo ajeno.
- Disfrutan con el fracaso de los demás.
- Carecen de proyectos y objetivos en su propias vidas.
- Mienten y ocultan información como estrategia para lograr sus fines.
- Entorpecen el desarrollo personal de las personas que los rodean por temor a los cambios.
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El entorno perfecto o cómo elegir relaciones enriquecedoras
- El destino de tu vida depende en gran medida de las personas que seleccionas para que te acompañen en el camino y de tu relación con ellas.
- Las personas de éxito desean y se alegran del éxito ajeno. Los logros de tu entorno tienen más cosas positivas que aportarte que negativas. Aunque sólo sea por eso merece siéntete bien con la felicidad de los demás.
- La gente de éxito se fija objetivos en sus vidas. La felicidad no está en la meta sino en el camino.
- Aceptan los cambios asumiendo que el futuro no depende sólo de nuestros deseos.
- De la misma manera se muestran agradecidos ante las cosas positivas que les regala la vida y con todo el que les ayuda.
- Saben disculparse y asumir sus errores y responsabilidades.
- Ayudan a los demás desinteresadamente. La sensación de hacer algo por los demás sin otro fin es insuperable.
Las personas que cultivan su inteligencia emocional se sienten bien no por lo que los demás opinan sobre ellas sino por su autoconcepto y la valoración que tienen de sus propios actos.
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muy interesante
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