Si los clientes te eligen por ser un profesional en tu campo, tú debes elegir a tus clientes por cumplir unas características concretas. Esto hará que consigas tener una buena publicidad, que tu trabajo sea valorado y te aseguras de que vas a cobrar el servicio en el tiempo pactado. Pero ¿cómo saber quién es un buen cliente?
A la hora de trabajar con un cliente tenemos que tener claro qué nos aporta y que no estamos malgastando tiempo y energía. Es importante saber elegir bien para evitar situaciones incómodas, complicadas y desagradables. Pero muchas veces no se conoce cómo es hasta que no tienes el proyecto muy avanzado. ¿Cómo puedes elegir bien a tu cliente?
Para encontrar a los clientes ideales ten en cuenta estas pautas:
1º Entendimiento entre las partes. Para el desarrollo correcto del proyecto es importante que tanto cliente como empresa tengan las líneas básicas del trabajo establecidas y que los dos conozcan todos los detalles importantes. Si cada uno entiende una cosa nunca avanzará el proyecto y será un fracaso que llevará consigo una mala reputación para tu empresa.
2º La confianza en tu trabajo. Un cliente que te tira por tierra todo el trabajo una y otra vez porque considera que no estás encontrando la esencia de lo que representa su empresa, es un cliente que no sabe lo que quiere y no valora tu esfuerzo, por lo que te hace perder el tiempo y clientes potenciales. La confianza mutua es la clave para que podáis sacar el proyecto adelante.
3º Tener las ideas claras y pensar en el usuario final. Está claro que toda empresa es un negocio cuyo objetivo es vender y ganar dinero, pero de nada sirve si el producto no piensa en el usuario final. Establece una relación con una persona de la empresa que lleve el proyecto para evitar que las ideas contrapuestas nublen el trabajo, el cual está pensado para el usuario final y no para el jefe de la empresa.
4º La indecisión no es un buen cliente. Hay clientes que cambian constantemente de idea y nunca llegas a enseñarles las primeras propuestas. Pasa el tiempo y pierdes tu tiempo y cada vez tienes más lío en la cabeza de lo que desean tus clientes. Hazte esta pregunta: ¿hasta qué punto me compensa este cliente? Es mejor tener calidad de clientes que cantidad porque puedes tener muchos y muy malos que te harán perder tiempo y dinero.
5º Tener claro los objetivos. Al comienzo del proyecto es importante que los objetivos estén muy bien definidos para no dar palos de ciego. Porque no hay nada peor que trabajar sin objetivos, entonces los trabajos se alargan en el tiempo y, por lo tanto, el pago por tus servicios se eterniza y del aire no vive tu empresa.
Además de estos consejos, puedes empezar a elegir los clientes desde el origen. A la hora de buscarlos plantéate bien la estrategia a seguir y define un target lo mas concreto posible. ¿Necesitas ayuda?