Cuando tenemos un proyecto en nuestras manos que requiere de la programación de una página web, una tienda on line o cualquier tipo de desarrollo web fuera de nuestro alcance, ¿cómo podemos acertar entre tanta diversidad de oferta? ¿Es el precio el mejor factor para tomar una decisión?
Hoy en día todo proyecto empresarial requiere de un soporte on line, ya sea para gestión interna o para la captación de nuevos clientes a través de internet.
Pero si pertenecemos a un sector ajeno a las nuevas tecnologías, ¿cómo podemos tomar una decisión acertada a la hora de contratar un programador web?
Cada vez hay más gente que utiliza herramientas de desarrollo con escasos conocimientos globales, tanto de programación como de diseño y repercusión en el posicionamiento en los buscadores, por lo que las posibilidades de errar son muy amplias.
La valoración de los candidatos no nos puede hacer olvidar nuestro objetivo final y principal: la conversión.
Y cuando decimos conversión nos referimos al beneficio en forma de captación de clientes que nos va a reportar la web contratada.
Aquí es donde la cosa se complica. Recurramos a los datos.
Cada año se crean 50 millones de nuevas páginas web, por lo que a fecha de hoy el número total puede rondar los 690 millones de sitios web. 690.000.000 proyectos como el que queremos crear.
Ahora pongámonos en el lugar del usuario y posible consumidor de nuestros productos al que queremos captar. ¿Cómo podrá encontrarnos entre tal maraña de información? Si somos los últimos en llegar, ¿cómo figurar entre los primeros puestos para que nos encuentren?
Aquí llegamos a la cruda realidad. No vale un mero desarrollo web y un hosting; se requiere de un trabajo de optimización del código fuente para figurar por delante de nuestra competencia y que nuestra web nos empiece a aportar beneficios.
Para ello el desarrollador web además de hacer el diseño de la web ha de reforzar el código haciéndolo accesible y fácil de indexar a los principales buscadores.
¿Y cuánto cuesta esto?
A diferencia de lo que pudiéramos llegar a pensar en un principio, esto NO implica muchas más horas de desarrollo y, por tanto, un gran incremento del precio. La clave está en saber cómo hacerlo y hacerlo bien desde la primera línea de código.
En Iconestudio trabajamos codo con codo con nuestro agente oficial Google, por lo que conocemos de primera mano los últimos cambios en los algoritmos de búsqueda.
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