Las empresas crean páginas web para conseguir unos determinados objetivos. Ventas, descargas, datos… son algunos de los propósitos que se tratan de alcanzar a través de la red. Para ello, en muchas ocasiones una landing-page bien diseñada y optimizada nos facilitará el logro de los mismos. ¿De qué manera debe estar planteada esta página? ¿Qué elementos debe contener?
Cuando nuestra empresa decide crear un sitio web, debe elaborar una estrategia para alcanzar de una manera sencilla y eficaz los objetivos para los que se ha creado la página. Sin unos puntos básicos sobre los que basar nuestras acciones en la página, el logro de nuestros propósitos se hará tedioso y complicado.
Una de las finalidades de la web es que los usuarios se sientan cómodos en ella y puedan acceder con facilidad -y sin una larga lista de instrucciones u operaciones complejas- a aquellos productos, servicios o lugares para los que ingresaron en la web.
Por muy atractivo que pueda resultar nuestro sitio, es posible que las conversiones -es decir, la traducción de visitas y clicks en ventas, descargas o formularios completados- no son las que esperamos. Deberemos analizar con detalle qué es lo que está pasando y fallando.
Una muy buena solución en muchos de estos casos es la creación de una “landing page” o página de aterrizaje. La finalidad de esta es que los elementos de la web sean atractivos y los usuarios encuentren lo que buscan sin ningún problema. Para ello, esta página debe estar bien diseñada y los elementos dispuestos de manera que nuestros clientes accedan de manera sencilla a todos los apartados de la web. Otro de los objetivos es llamar y atraer a los usuarios para que realicen las acciones que nos interesan -como vender nuestros productos-.
La landing-page nos va a reportar una serie de beneficios, como segmentar nuestra audiencia, influir en los usuarios dirigiéndoles a lo que realmente nos interesa o aumentar las conversiones. Esto hará que nos planteemos disponer de una buena página a la que lleguen los usuarios cuando pinchen en nuestros enlaces, banners o anuncios varios.
Una buena página de aterrizaje deberá contener, entre otros, los siguientes elementos:
- Logo y nombre de la empresa, para que el usuario conozca en todo momento en la página de quién está. Los colores van a suponer una gran ayuda, pues van a permitir reconocer a la empresa.
- Redes sociales de la empresa para que sigan nuestro perfil y los contenidos que publicamos en estas.
- Producto o servicio que ofrecemos. Será obligatorio incluir imágenes de los mismos con una descripción detallada de sus características. También puede ser útil aportar vídeos u otros elementos multimedia.
- Beneficios y ventajas que el usuario conseguirá si adquiere nuestro producto o servicio
- Contenido llamativo que nos incite a seguir leyendo o a adquirir el producto. Será importante también un título destacado
- Botón de acción (call-to-action): botones para suscribirse al boletín de noticias, para comprar el producto, para aportar datos… Debe estar bien visible para acceder a él sin problemas.
- Contacto: número de teléfono, dirección y correo electrónico, de manera que los usuarios puedan saber a quién y dónde dirigirse en caso de ayuda o duda.
- Cualquier otro elemento que consideremos que sea de suma importancia, bien para que los usuarios nos reconozcan rápidamente, o bien para que estos lo vean de forma eficaz y/o pinchen en él.
Para que nuestra landing-page funcione mejor, deberemos evitar una carga lenta de la página e incluir llamadas de atención que permitan atraer la vista de los clientes, dirigiéndoles hacia donde realmente nos interese.
Si cuidamos cada detalle de nuestra página de aterrizaje, la experiencia de los usuarios con ella será muy buena, haciendo que, con probabilidad, regresen en un futuro. Además, nuestros objetivos se verán cumplidos eficazmente. Y tú, ¿ya tienes tu landing-page optimizada?